viernes, 29 de abril de 2011

Île de Ré

En la costa atlántica francesa, frente a La Rochelle y unidos entre sí por un puente de casi 3km., se encuentra la bonita isla de Ré. Es una isla con forma alargada, de unos 30 km de largo y apenas 5 de ancho. Muy llana, en algún sitio leí que la altura máxima era de 19 m.
Fue el sitio elegido para pasar unos días tranquilos (aún siendo Semana Santa) en familia. Esta isla está preparada para ser disfrutada en bici. Centenares de ellas por todos sitios, con pistas que unen los pueblos y te permiten acceder a lugares imposibles para el coche. Mucha zona de marisma, con salinas, largas playas “atlánticas” que nada tienen que ver con las “mediterráneas” y la tranquilidad francesa, lejana al ruidoso vecino del sur.


En una isla los barcos tienen un papel fundamental, pero en tierra firme la bicicleta es la estrella del lugar




En cuanto al bicherío, en estas latitudes conviven las colonias de patiamarillas con las argénteas, las sombrías con los gaviones e incluso vi cabecinegras ente las reidoras y es un lujo verlos todos juntos.



Grupo de gaviones


Las peleas por la comida son constantes. Nadie le discute al jefe...


... ni siquiera la poderosa garza


Garza real







En esta zona la gaviota argéntea tiene su límite sur ...


... y la patiamarilla su limite norte, conviviendo ambas especies en esta franja altántica.



Entre las “especialidades” de la isla destaca el abundante  tarro blanco, hay una colonia de ibis sagrado que no vi, charranes comunes, pechiazules, muchísima curruca zarcera, alguna barnacla canadiense, y las citadas gaviotas argénteas y gaviones.



Tarro blanco. La mayoría se encontraba aún en parejas.




Pude observar al menos 4 barnaclas canadienses



Los charranes también se afanaban en sus preparativos nupciales

El campo, precioso, como sólo el mes de abril y mayo saben dejarlo. Ver cantar al pechiazul entre un tupido manto amarillo fue un placer que no pude retratar.
Curiosamente había bastante vencejo, cuando aquí aún no había visto. Tórtolas, mucha torcaz, abundante conejo, faisanes … también podría ser un paraíso para los cazadores.



La curruca zarcera es muy abundante. Su canto se oye ahí donde vas. Mucho más confiada que el pechiazul, no le importaba exhibirse a escasos metros


Los faisanes son habituales en la isla. Creo que sólo vi machos

Me quedé algo decepcionado con el paso de limícolas. Probablemente tenga que ver que en mis ratos de pajareo (el amanecer, mientras la familia se despereza) la marea estaba baja y aquí eso marca mucho ya que el mar se retira decenas de metros cambiando radicalmente el paisaje. Aún así vi algún ostrero, bastante vuelvepiedras, cigüeñuelas, correlimos comunes, archibebes, zarapitos, agujas, avocetas…
Un agradable lugar donde se puede volver.


lunes, 18 de abril de 2011

No están todas las que son...

... pero casi. Ya van llegando todas especies estivales. Pude disfrutar con la presencia del bisbita campestre, codorniz, curruca mirlona, abejarucos, ruiseñor, aguilucho cenizo... y algunas de paso como colirrojo real, tarabilla norteña, garza imperial e incluso el mirlo capiblanco.



Collalba rubia


Collalba gris

Entre las habituales me llevé una grata sorpresa con la cantidad de parejas de perdiz que pude ver en una vuelta mañanera. Conté 13 parejas. Lo cual no está nada mal para el penoso momento que atraviesa esta gallinácea. A ver si este año se da bien la cría y vuelve un poco de esperanza.




Perdiz roja. Me alegré de ver tantas parejas


Los trigueros son tremendamente confiados. Este parece que se duchó y peinó para salir guapo en la foto

En la balsa de La Mueda siguen las grullas que parecen haber cogido gusto al lugar. En paso algún carricerín.


Carricerín común

 Y en la depuradora no ha habido mucho trasiego, o al menos no lo he pillado. Apenas unos archibebes claros y unas cigüeñuelas.


Archibebe claro

La algarabía la ponen los chorlitejos chicos y los andarríos grandes con sus persecuciones.


Chorlitejo chico

Sin embargo los patos han pasado a la siguiente fase. Sólo se ven machos que pasan largas horas tumbados al sol. Parece que hasta aquí no han llegado los planes de igualdad de la Bibiana Aido y sólo son las hembras las que se dedican a las tareas familiares. Entre los 40/50 patos que se ven apenas 3/4 hembras.



Ánade real.

 El paso de lavanderas no atraviesa por buen momento y apenas se ve alguna. Las pocas que ví flavas y una flavíssima



Lavandera boyera

  
Macho de flavissima tragándose un insecto




Las golondrinas preferían tragar piedras. Esta era pequeña pero una compañera se tragó otra bastante más grande

La semana pasada subí a Leire. Estaba muy movido. Acentor común, herrerillo capuchino, verderón serrano, piquituertos... Muy entretenido.


Acentor común. En estas fechas te das cuenta la cantidad de ellos que hay. Luego pasan desapercibidos


Verderón serrano


Y por supuesto no faltaron las cabras.


La gayuba ha florecido y cubren grandes superficies


El canto del mosquitero papialbo se ha generalizado en las zonas arboladas

Los corzos tampoco faltaron este fin de semana . Tuve un encuentro "diferente". Vi este ejemplar aliméntandose. Lo esperé agachado tras una pequeña mata de escaramujo. Venía hacia mí. Se mosqueó, me vió y me ladró. Hasta ahí, normal. Lo "especial" vino cuando en vez de salir corriendo para otro lado, lo hizo derecho hacia mí, mientras me lanzaba tres o cuatro ladridos más. Se llegó a quedar realmente cerca sin parar de gritarme, imagino que retándome. Ver una persona así, con la forma pequeña y redonda que da el estar de cuclillas, probablemente le descuadraba y creo que dudaba entre arremeter contra ella o salir huyendo por precaución. Pudo más lo segundo pero sin acabar de convencerle y estuvo, ya metido en la vegetación, rondándome y ladrándome durante un buen rato.



Corzo con un buen par. Me regaló un agradable e intenso momento.



Seguramente este sea un "menhir" moderno (o no ¿?) ya que anuncia el paso a una finca. Pero podría dar el pego

lunes, 4 de abril de 2011

Entre pinares

Este fin de semana ha sido poco prolijo en fotos, pero no precisamente porque el campo esté “pobre”. Todo lo contrario. Las collalbas grises han aparecido por todos lugares; ha entrado cantidad de curruca carrasqueña; en el cielo se ven patrullando a las culebras y calzadas; había muchísimo milano negro en grupos; el canto del cuco se va generalizando… Ha empezado abril.


Collalba gris

Anduve por zona de pinares, que siempre son más pobres, pero aún así había mucha vida. Vi grupos de piquituertos y me entretuve viendo al agateador de piña en piña, metiendo su largo pico entre las escamas como si fuese un colibrí.
No es raro que me tope con algún corzo, pero sí es infrecuente tener tantos contactos como este fin de semana. Cuando te los encuentras se suelen quedar parados, mirándote. Lo mejor es disfrutar del momento porque en cuanto intentas levantar la cámara, por muy despacio que lo hagas, salen disparados. Algunos (o muchos) no veía, pero ellos a mí sí. Los oía y de vez en cuando lanzaban un ladrido muy cercano que me retumbaba en el interior y me ponía la sonrisa en la cara. Me encanta esa pequeña inyección de adrenalina.


Corzo

Cuando eso mismo te pasa con un jabalí (en más de una ocasión me he quedado cara a cara con ellos y antes de salir corriendo también suelen gruñir), la inyección de adrenalina ya no es tan pequeña. Y viendo este rincón, me acordé de algunas noches que sabiendo podían estar me acercaba todo lo silencioso que se puede. Primero los oyes que están ahí, luego viene su fuerte olor, se mosquean y acaban saliendo corriendo, pero es de noche y no ves más que bultos y ramas que se mueven a escasos metros. Toda una experiencia.


Spa jabalinero. Esquina inferior derecha: jacuzzi. Centro izquierda: sala masajes


En La Mueda destacar la presencia de una garceta grande, un esmerejón y que sigue habiendo grullas, 41 conté. También vi una cigüeña negra en paso.


Bisbita alpino. Aún sigue habiendo alguno aunque su número ha disminuido


Coincide que es en marzo cuando suelo ver las golondrinas más rojizas. Probablemente sea porque cuando llegan, las miro más, pero pudiera ser que efectivamente, hay más rojizas debido a una diferente alimentación en tierras africanas. No lo tengo claro, así que agradezco cualquier aclaración.

Golondrinas. La del centro destaca por su color rojizo