lunes, 27 de junio de 2011

Oropéndola

Tan bonita como tímida. La oropéndola es una de las aves más vistosas de nuestra fauna, pero también es un ave casi imposible de ver a placer. Su característico canto se oye en casi todos los sotos y robledales de la zona, pero disfrutarla es otra historia. Lo máximo a lo que solemos aspirar es a verla salir volando, alguna vez adivinamos su presencia entre las hojas y sólo muuuuy de vez cuando sale a pecho descubierto, pero eso son momentos que la diosa fortuna los guarda en un cofre especial bajo 3 llaves.

El sábado fue uno de esos días en que abrió el cofre y me mostró un espectacular macho. Estaba sentado bajo un roble y por un agujero entre las hojas lo vi posarse. Me puse tan nervioso que casi no logro sacarle la foto. Había estado sacando aves en vuelo y no había cambiado el enfoque, por lo que cuando fui a retratarla me enfocaba a las hojas cercanas y no a la oropéndola. Los segundos para rectificar la cámara fueron eternos procurando no ser violento en movimientos y delatar mi presencia. Hice los cambios, enfoqué y esta vez sí. Me permitió hacerle dos disparos uno mirando a la derecha y otro a la izquierda y ahí acabó el momento de gloria.



lunes, 20 de junio de 2011

Se acabó la primavera

La primavera da paso al verano y en el campo se nota.

El sábado salí a dar una vuelta. La mañana estaba un poco desapacible y había poco bicherío. Vi una curruca rabilarga haciendo su vuelo territorial y decidí hacerle compañía un rato.





Curruca rabilarga



Sigo en mi intento de conseguir una foto de una curruca volando.

A la rabilarga le respondía de vez en cuando otra curruca. Afortunadamente, aunque sólo durante unos segundos, se asomó para sacarme de dudas.






Curruca cabecinegra

En la depuradora, este año hay varias especies criando. Probablemente presencié la primera ceba de este pollito de focha. Al rato apareció otro y la madre seguía en el nido.


Pero la vida no es fácil en la naturaleza. El oportunista milano negro ya sobrevolaba sus cabezas en espera de un despiste.

Y es que para que unos aliementen a su pollada otros tienen que servir de comida



Cernícalo común llevando la merienda al nido




miércoles, 15 de junio de 2011

Oda al chorlitejo chico

No me apunté el día, pero la foto me chiva que fue hecha el 27 de mayo. Ese día estaba observando la última entrada de chorlitejos grandes. Me llevé un pequeño sobresalto cuando me di cuenta que a escasos metros tenía un ejemplar de chorlitejo chico incubando. Torcí un poco el morro, tristón, pensando que el sitio elegido para tal fin no era muy apropiado. En medio del camino interno que rodea la depuradora y MUUUY cerca del camino exterior. Lugar de paso. Mi presencia dentro del coche parecía que no le molestó pero pensé que otra cosa sería si hubiese estado fuera, y me vino a la mente toda la gente que pasa casi a diario por ahí: el señor con el perro gigante; el pastor con su rebaño; la señora de los auriculares; las otras tres bulliciosas; los cazadores controlando los patos; el gato que hace dos años arrasó un buen número de puestas; el coche del mantenimiento de la depuradora que inevitablemente pasaría por ese camino… Una larga lista a añadir a los peligros naturales. Negro panorama, no apostaba por su futuro.





Volví un par de días más tarde, escéptico. Por si acaso mantuve una distancia prudencial y observé desde lejos, no quería ser yo el causante de su huida. SEGUÍA AHÍ!! Mi morro se seguía torciendo, pero ya con media sonrisa dibujada.
Volví… Y volví… Y la media sonrisa se transformó en sonrisa entera. En esperanza. SEGUÍA AHÍ!!
A principio de la semana pasada cayeron unas tormentas IMPRESIONANTES. Inevitablemente me acordé de él. Salí de trabajar y quise pasar a verlo. Cuando llegué a Sangüesa ya no diluviaba, sólo llovía. Vi el camino inundado y se me cayó el alma a los pies, y no me pude creer cuando lo vi. SEGUÍA AHÍ!!. Las rodadas del camino eran dos ríos, pero él estaba ahí, en medio, en un lugar lo suficientemente elevado para no ser cubierto. Está claro que hay muchos parámetros que hay tener en cuenta a la hora de elegir nido. La lluvia arreció de nuevo y lo veía ahí, tan poca cosa... pero aguantando. Con dos cojones iba a poner, pero está claro que quien da el callo en estas situaciones son ELLAS, que cuando no se trata de pavonearse sino de sacar la situación adelante, lo que hay que tener son dos buenos ovarios.

Yo marché al cobijo de una casa, al calor de una ropa seca, a por una reconfortante cena. Y ella se quedó ahí.
La semana entera fue desapacible, vuelta va, vuelta viene, viento, frío… y ella SEGUÍA AHÍ!!.
Hasta el viernes. Ese día paré en el lugar habitual. No la ví. Hacía una ciercera de llevarse las piedras. Esperé un tiempo prudencial y seguía sin apararecer. Estaba claro que para bien o para mal la suerte estaba echada. Me acercé; salí del coche; vi su vacío nido y ni rastro de los huevos. No sé si los limpian o fue cosa de la ciercera.

Me he dejado la vista mirando la hierba de los alrededores pero no los he visto. Confío en que estén ahí, unos metros más lejos de donde miro y que cualquier día los veré correteando.
He querido hacerles un modesto homenaje a toda esa fauna que nos rodea. !!qué mérito tienen!! Mi admiración por ella es casi DEVOCIÓN.

Va por ellos...!!!





Estos son pollos del año pasado. Unos milagrosos gramos de vida envueltos en plumón. Una pareja, tal vez la misma, sacó la prole adelante en el mismo lugar.


miércoles, 8 de junio de 2011

Sentimiento de grupo

Los aviones comunes son unas aves sociales muy entretenidas de observar. Yo los tengo instalados en mi casa y les he visto hacer los nidos y lo complicado que les resulta hasta que aprenden. A veces el primer nido les sale mal y se cae. Cuando lo tienen construido se mete la pareja dentro, juntos, y se les oye su gorgeo, como una parejica contándose “sus cosas”. También cuando hace mal tiempo suele entrar la pareja y a veces asoman su cabeza igual que cuando miramos por la ventana. El año pasado cuando regresaron en primavera, entraron en el mismo nido hasta 4 ejemplares juntos (tal vez la pareja y los hijos del año pasado ¿?).


Avión común construyendo un nido. No le salía bien y acabó en el suelo. Luego le fue mejor

Un curioso comportamiento que había observado varias veces es cuando se junta grupo de aviones revoloteando alrededor de un nido y uno tras otro van haciendo pasadas por la boca de entrada. Una de las cosas que pensaba es que incitaban a un joven a salir del nido ya que casualmente este comportamiento lo había observado hacia el final del verano. Sin embargo el otro día había un grupo de unos 20 aviones en esta actitud. Uno tras otro se acecaba a la entrada de un nido, gritando. Me quedé viendo y al poco vi asomar del mismo la cabeza de un gorrión.
Siempre me ha llamado la atención ese comportamiento de grupo enfrentándose a un depredador/intruso.


Otro comportamiento que me llamó la atención provino de un ave que vi cernida. La tenía a contraluz, pero por tamaño no era ninguno de nuestros dos especialistas. Muy grande para ser un cernícalo, muy pequeño para ser una culebrera. El tercero en la lista suele ser el ratonero, y no falló. No es un especialista en la materia, pero tampoco es raro verlo cernido. Así estuvo un buen rato , clavado, antes de bajar a por su presa. Y precisamente fue eso, la presa que cogió, lo que me llamó la atención: una hermosa culebra. Tal vez estuviese ya moribunda, no lo sé.  Para un no especialista en serpientes coger un animal de ese tamaño conlleva un gran riesgo. No vi cómo la cogía, una lástima. Les vi cuando retomaron el vuelo, y se alejó con las patas muy estiradas y la culebra entre las garras.

Los ratoneros también se suelen quedar "clavados", pero en la versión de sin movimiento de alas, por ello necesita viento de frente.
 

Cogujada, cantando al atardecer



Pollo de golondrina. La nueva generación ya surcan los cielos



Escribano soteño macho




Jilguero


Zarcero común. Me miraba como diciendo ¿aún sigues ahí, so pelma? Así que no tardé en dejarle con sus cantos


En estas fechas el campo está lleno de insectos y flores. Todo merece nuestra atención.