Fue un viernes, el 24/08, el primer día que ví el págalo y fue un viernes, el 07/09, el último que disfruté de su presencia. Dos semanas en las cuales este ave me ha generado una intensa vida social pajarera a la que para nada estoy acostumbrado. He tenido la oportunidad de reencontrarme con gente a la que hacía tiempo que no veía, incluso años y de conocer a otros muchos que no había llegado a tratar. Así que me traído no sólo buenos momentos de observación sino también de relaciones.
Ha sido capaz de que prácticamente todos pajararos navarros sepan donde está un lugar tan poco idílico como la depuradora de Sangüesa, demostrando lo poco que hace falta y lo necesitados que estamos de humedales.
La mayor parte de los días el págalo ha ofrecido unas condiciones de observación inmejorables. Acercándose a escasos 5 metros sin importarle la presencia de las personas. Alimentándose continuamente de insectos que afloran a la superficie de estas aguas.
Los días de viento, que los hubo bastante cañeros, las tranquilas aguas de la depuradora se asimiliban más al mar |
Vuelos nos ha dejado pocos. De una a otra balsa o alguno a las rastrojeras aledañas. |
En cambio verlo bañarse ha sido más habitual. Levantaba el cuerpo todo lo que podía y daba cabezazos al agua. Era curioso verlo |
Ya no está. Me había acostumbrado. Te echaré de menos... |
1 comentario:
Ha sido un verdadero placer conocerle! Y por supuesto también a ti, jajaja!
Se ve que no le interesaban las fiestas de Sangüesa. Espero que tenga un buen viaje y llegue allí donde se le espera.
Salu2
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