La primera semana de marzo he podido disfrutar, y mucho, con las grullas. Varios miles han estado casi una semana en los alrededores de la balsa de La Mueda. Verlas en tal número y tantos días ha sido un privilegio. Pequeños bandos dispersos que se iban concentrando al atardecer, formando un espectáculo grandioso
Pequeños grupos por los campos de cereal |
Para su desgracia y nuestra incomprensión el humedal que las aloja está atravesado por una línea eléctrica y tiene otra a escasos metros. Las aves entran casi de noche (o sin casi) a una laguna que está bordeada por un camino agrícola y donde se producen frecuentes molestias.
Al menos un grupo sufrió las consecuencias y 10 grullas se agolpaban muertas bajo los cables
Llamaba la atención que varias grullas muertas tenían una pata totalmente astillada |
El festín de varias grullas atrajo a los depradores de todo tipo. Es curioso como quedó este ala |
El sábado venía cambio de tiempo y pensé que probablemente marcharan. Acudí al amanecer pero una espesa niebla impedía verlas. No oirlas. La algarabía era enorme.
Para evitar la niebla tiré pista arriba, a disfrutar de mis sitios habituales, que no por ello dejan de ser preciosos
y de los pájaros habituales, que no por ellos dejan de ser preciosos
Sigue habiendo mucha avefría, y con ellas los oportunistas milanos reales, ratoneros, gaviotas...
El domingo pasaron un importante contingente de grullas (+1.500) y un bando con más de 200 milanos negros.
Grupo de milanos negros que a última del domingo se quedaron cicleando sobre Sangüesa |
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