lunes, 10 de enero de 2011

Algunas cosas de estas Navidades

Estas Navidades he estado un poco más "pillado" y sin tiempo para poder hacer las escapadas que tanto me gustan a Santoña o por las Landas francesas, pero sí que he podido entretenerme por los alrededores con los invernantes habituales .

Las balsas de la depuradora están entretenidas. Las avefrías se añaden al gran grupo de azulones (+100) y a las reidoras. La gaviota cana que apareció a mediados de diciembre se comió las uvas con nosotros y al menos hasta el día 5 seguía aquí. Han pasado silbones, una hembra de friso, varias cercetas e incluso un ansarón. Ultimamente ha crecido el número de andarríos grandes (+8) y de agachadizas comunes (+13).


La gran mayoría de reídoras son primeros inviernos, pero parece que les sorprendió que el agua estuviese "dura" y fueron los adultos los primeros que se posaban en el hielo.



Este solitario ansarón se mezcla con los azulones

Me gusta ver a los invernantes habituales: los bandos de alondras; esmerejón; lúganos; zorzales alirrojos... en los alredores del pueblo.



Bando de alondras al atardecer


O acercarme a la zona algo más montañosa donde había mucho zorzal real, algún picogordo, piquituerto, reyezuelo sencillo, herrerillo capuchino...


Macho de piquituerto



Y ahí es donde pasé el último del año, saboreando también un precioso atardecer


Últimas luces del día


El invierno nos brinda preciosos amaneceres y atardeceres. Así se despidió el 2010

Muchos días salgo a darme los paseos si la cámara. El otro día me arrepentí. Enseguida me topé con un impresionante azor posado en un tejado. No duró mucho en tan inhabitual posadero, enseguida volvió a los pinos aledaños. Pero nada más hacerlo localicé un zorro que venía derecho hacia mí. Su fino olfato debía advertirle de mi presencia, porque de vez en cuando se paraba y parecía mirarme a los ojos. Pero no sé si no me veía por estar agazapado y con el contorno roto por los arbustos, o pasaba de mí. Lo cierto es que se dedicaba a la caza de roedores con estos típicos saltitos a cuatro patas. Un auténtico placer. Se me acercó bastante, cambió el rumbo y desapareció.


La cigüeña frente a mi casa ya monta guardia en su nido


Y mientras el invierno avanza, las grandes aves ya empiezan a pensar en otras cosas. En la buitrera de Leire los bramidos de los buitres eran constantes y se veían cópulas.

Las aves me han enseñado, entre otras muchas cosas, a apreciar con más intensidad el sentido de las cuatro estaciones y los ciclos que estas marcan.

FELIZ 2011 !!!!

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